lunes, noviembre 27, 2006

Influencia y originalidad en el arte

Incluso la manera en que nos sentamos en el inodoro está influenciada por quien se sentara antes en él. O, en términos más evidentes y prácticos, mejor dicho, cada acción que se aleje, aunque sea mínimamente, de los primarios SUPERVIVIENCIA y REPRODUCCIÓN está influenciada por el actuar de otra persona que se alejó, en parte, anteriormente de estos. Entonces, la cultura, podríamos decir, es todo lo que no es SUPERVIVENCIA ni REPRODUCCIÓN (aunque REPRODUCCIÓN podría estar comprendida en SUPERVIVENCIA); y todo lo que es cultura es transmitido por métodos, por así decirlo, NO INSTINTIVOS.
Suponemos, pues, que "ser original", refiriéndose a cualquier tipo de arte, sería alejarse lo más posible de SUPERVIVENCIA y REPRODUCCIÓN, manteniendo cierta coherencia, aunque, a mi parecer, para mantener coherencia dentro de lo abstracto de lo natural que es el arte, hay que remitirse, aunque sea subliminalmente, a los instintos básicos (SUPERVIVENCIA y REPRODUCCIÓN), o todo cuanto hagamos carecerá de sentido o será completamente incomprensible para el espectador. Claro que, entonces, la influencia nos aporta una luz cuando deseamos representar nuestras ideas, puesto que sabemos qué es lo que nos produjo sentimentalmente una obra ajena y podemos deconstruir dicha obra, analizar las partes, los elementos que nos causaron impacto y así utilizarlos como herramientas en nuestra obra artística. O bien, podríamos empezar de cero e intentar alejarnos por completo de todo cuanto hayamos visto. Un imposible, por supuesto, "ser original" y ser comprendido.

sábado, noviembre 25, 2006

Lesbos

Hay pequeñas partes en las mujeres que, por lo indescifrables, nos hacen sentir unos idiotas. Y ellas disfrutan de esas cosas, quizás ni siquiera sean verdaderas partes de ellas, sino fingimientos de cosas que no están, fingimientos, precisamente, para hacernos sentir idiotas. Tal vez esos fingimientos, esas partes de las mujeres que nos son indescifrables a los hombres, tal vez esa perversidad, ese deseo de hacernos sentir inferiores a ellas, de inflarnos el ego como un globo para después clavarnos el alfiler oculto de su femeneidad y, en un instante, reducirnos a nada sea lo que nos lleva una y otra vez a ellas como un insecto a la luz. Pero eso, que saben solamente los miembros de la logia de las mujeres, es un secreto celosamente guardado, que se jura mantenerlo de esa manera o se paga con el sufrimiento lésbico; el sufrimiento de sentir por las mujeres lo que el hombre.

jueves, noviembre 23, 2006

Representaciòn de lo no sucedido (u onirismos y surrealismos II)

A veces es difícil explicar lo acontecido sin irse con rodeos metafóricos u otras imaginerías y artificios de los sentimientos, por lo que me he decidido a realizar una representación estrictamente fiel de lo no sucedido. juzgad.

las paredes marrones chorreaban, exhudaban moco u otra sustancia similar. las tres personas que estábamos, solos, en ese cuarto, nos mirábamos las caras, pero como todo era una situación onírica no nos sorprendimos cuando hallamos yo: un borrón en el lugar de la cara de ella y un pie en lugar de la de él; él: un ojo de conejo en lugar de mi rostro y una rama en el de ella; ella: un chupete en mi cara y una serpiente en la de él. el borrón en la cara de ella se torció de una manera que me pareció que sonreía o se aterraba. durante el transcurso de las horas, luego de ser cuidadosos en cuanto a contacto físico se tratara (yo no quería que el borrón se licúe como pintura bajo mis dedos al tocarlo, ni quería tener que comprar empecid si el pie tenía hongos, y supongo que algo similar les sucedía a los otros dos), finalmente yo o ella o él o todos juntos hablamos.

—tres son compañía, dos son multitud.
y desde el inexistente techo bajó una enorme garra mecánica de aquellas blandengues aceitadas que mal rato hacen pasar a los jóvenes amantes y a los padres cuando quieren hacer un heroico regalo a su pareja o a su hijo respectivamente. se movió mecánicamente, como todas las cosas mecánicas, de izquierda a derecha, circundando toda la habitación, hasta que los movimientos se hicieron cada vez más cortos, cerrados, más precisamente sobre mí. y, como un milagroso milagro esa enorme garra metálica se cernía sobre mi cabeza, lentamente descendía, al mismo tiempo que abría sus terribles dedos. finalmente con una descomunal confianza maquinal me ciñó y no me soltó hasta que hizo su viaje de regreso hasta su casa mecánica, donde me presentó a su garra-mujer como su hijo. yo sólo alcancé a decir, entre lágrimas:
—¡ma... maaa!
y abracé a mamá y papá garras-metálicas-mecánicas.

FIN n°1

Onirismos y surrealismos

Últimamente estaba escribiendo demasiadas boludeses (una boludez màs al boludo no lehace daño), así que rescato algunas cosas de índole surrealista y onírica que había escrito al pedo alguna vez, porque de vez en cuando hay que relajarse visitando al subconciente, que con sus manitas lechugosas nos recibe en una embriagadora guarnición de café irlandés con katsup, que no es sopa de gato sino ketchup. Así que preparad (con acento español) vuestros coches de viaje temporal e iros a la.
Hablando de escribir muchas boludeses... No matter they say i´m immature... Je voudrais un whisky, s´il vous plait. Merci. And now, ladies and gentlemen... The crazieness (if that´s how it should be written) of Facundo Ezequiel, eso si la censura no actúa primero:

Relaciones amorosas de pescados y matahambres. Eso no acaba bien. He conocido a muchos bagres que han intentado consumar el coito con pedazos de carne envueltos sobre una mezcla de huevo, papa, ají... y no resultó, de hecho, fue un total fracaso, un bochorno impresionante. Luchas de nubes de polvo y arroz. Tizas de mermelada de frutilla y lechuga. Fresas dulces, embadurnadas en miel de yegua sueca. Himnos cantados por niñitos descubridores del sexo, frotándose en la alfombra de mamá. Semen cálido, deslizándose lentamente por la tersa piel de la pierna de una voluptuosa profesora de inglés entrada en edad. Cirujías estéticas enormizadoras, empequeñecedoras, estiradoras, acortadoras. Néctar fluyendo por la entrepierna de una ex-modelo, abusada por su tío paterno. Jadeo de un perro, sentado de forma perruna, con su rosado miembro expuesto, erecto, a causa de la divisación de su ama en cierta posición provocativa. Y en una esquina, allá, a lo lejos, como perdida, estabas vos, sentada con las piernas cruzadas, de aquella manera que vos tan bien sabías hacer, de esa manera excitante, animal, perversa... como vos.
Deus... Domini... quid ni?

miércoles, noviembre 22, 2006

Sobre los sentimientos y discentimientos

Los títulos de mis tratados o artículos (o como se disponga uno a denominarlos), así como su contenido, tienden, a veces, a la ambigüedad. En verdad no me gusta hacerme el que habla de cosas importantes, porque sería incapaz de hacerlo, sobre todo porque no tengo la más pálida idea de lo que es importante. Tenía, tengo, la intención de hablar acerca de los sentidos; el título dice sentimientos sólo para obedecer a mi debilidad hacia los juegos de palabras. Más precisamente quería hablar de los sentidos alterados, de los malestares; de ahí la palabra discentimientos; de ahí el juego de palabras.
Discentir es no estar de acuerdo, yo me atreví a torcer su significado, dado que la sonoridad de la palabra me permite jugar con el desacuerdo y con los "sentimientos", entonces, el significado que ahora yo le otorgo es el del desacuerdo de los sentidos; los sentidos alterados. (se entiende o no?)
Por qué se me ocurrió escribir acerca de los sentidos alterados? Fue, no porque me hubiese pegado una curda de aquellas, sino por uno de esos malestares pasajeros que se asemejan a una borrachera pero sin alcohol, como una borrachera abstemia, una borrachera sentimental o de los sentidos. A decir verdad, dudo que esté haciendo mucho sentido; todavía tengo la resaca y no puedo razonar muy bien, pero después de todo ¿cuándo pude?
Caminaba, pues, por la Avenida de Mayo, o por Brandsen, pensando sin pensar, sintiéndome caminar sin caminar, sentimiento inexplicable para mí de otra forma más que diciendo que estaba y no estaba al mismo tiempo. Era como llegar constantemente a un lugar desconocido abarrotado de gente desconocida, sin saber siquiera como se llegó allí o por qué razón habría de querer llegar. Creo haber dicho que no razonaba bien. Ni ayer, ni hoy, y, tal vez, ni mañana. Fueron diez, no, no sé por qué puse diez, cinco cuadras que parecieron veinte, pues mi mente suspendía de un hilo invisible que me unía quién sabe a qué; quizá a la luna, a pesar de ser de día, temprano (ey! eso significaría que tu mente estaba atada a un cuerpo celeste que se encontraba del otro lado de la Tierra, que, entonces, estaba bajo tus pies, a duras penas, admito, lo que querría decir que el hilo invisible del que hablás atravesaba la misma tierra, y, entonces no entiendo cómo colgaba tu cabeza, más bien tendría que haber estado pegada contra el suelo... si es que entendés, o tendrías que haber estado cabeza abajo más allá de la estratósfera). Martes, ¿cierto? Sí, fui a contestar un mail que me hubiese gustado contestar antes, y a escribir otro confirmando el envío de una correspondencia. Laud be thee, Lord! Mein Gott! Qué tendrá que ver todo esto con lo que iba a escribir. Mi más sincera disculpa si es que alguien es valiente como para haber llegado hasta acá. Me arrepiento de haber iniciado esto, a veces incluso de haber nacido, problemas existenciales, malestares anímicos, somáticos, pensamientos acrósticos que forman incoherencias, anacoreta reflexivo, depresivo, penitente, con sentimientos de culpa por ser incapaz de creer en sí. Y un vestido rojo en una multitud gris, efectiva y trillada imagen de quién sabe qué. Y libre relación de no pensamientos. ¡Caramba! ¡Cuánto hacía que no veía esta plaza, este amigo, este borracho, esta idea, esta musa, este dios! Y los largos caminos se extienden así hacia el sinsentido del inconciente. Y Freud se caga de risa mientras le mete la mano a su madre en la entrepierna. ¡LA PUTA QUE VALE LA PENA ESTAR VIVO!

martes, noviembre 21, 2006

Poesìa III

Acá va una poesía más, que, si no les gusta, pueden llamar simplemente conjunto de palabras zalameras y de mal gusto. Lo que voy a alegar a mi favor es que es imposible alinear y espaciar correctamente los textos en esta m**** de editor de blogger.


HAVANNA CAFÉ
por. Facundo Ezequiel

I

Como este té de manzana verde
[y canela,
que más que saciar me seca,
así es tu voluptuosa figura;
un chocolate amargo que,
aunque seguido de un vaso de agua,
deja su sabor
atrás
en la lengua
en mi mente
queda tu figura
impresa en la retina
de mis ojos cansinos
que te leen
te recrean
a través de mis manos
como lo que en verdad sos
Poetry.

II

Aunque es de mañana,
intuyo porque veo la luz,
sé que sueño,
o que erro al no ser religioso,
porque este ser alado,
que se mueve de mesa en mesa,
que mueve el mundo con sus caderas,
debe ser un ángel, o una diosa misma
¡Véanla andar,
Admírenla,
y luego atrévanse
a contradecir mi poesía!


El artista como ser roto

No sería ninguna novedad hablar del artista como un ser disfuncional, fragmentario. Es bien sabido que los artistas (y el ser artista no es una aspiración sino una fatalidad) son gente a la que una parte de su persona, cierta barrera emocional, nunca fue desarrollada como se supone lo haría en un ser humano común y sano. La barrera emocional a la que me refiero es la que nos permite ver el mundo lúcidamente, aunque esta lucidez es en verdad un punto de vista en común por todos los humanos adultos, no así compartido por los infantes. El artista es quien ve el mundo como lo vería un niño, de una manera fresca y particularmente fantástica, como un niño a lo que todo lo sorprende y aun así todo le resulta natural y posible.
La barrera emocional que el adulto desarrolla a través de los años es la que le impide, por ejemplo, sorprenderse ante lo cotidiano, ante la pálida cara de la luna, ante los conejos de algodón que llamamos inocentemente nubes. El ser que no desarrolla aún esta barrera, en cambio, es extrañado cuando el pintor pinta hasta el màs mìnimo detalle del árbol que está en el parque. ¿Por qué pinta el árbol que ya está ahí? ¿Qué necesidad tiene, si el árbol real es mejor?
A diferencia del que pinta lo que ya está ahí, el artista pinta lo que ve, que no es lo mismo que pintar lo que está, efectivamente, ahí, a la vista, evidente. Picasso pintaba, aun en rostros que deberían ser perfiles, ambos ojos, porque él sabía que el otro ojo se encontraba del otro lado, lo imaginaba y lo pintaba, pues un rostro tiene dos ojos. Yo, por ejemplo, cuando, aburrido en horas de clases, dibujaba alguna cara de rasgos más o menos realistas, no tardaba mucho en aparecer el compañero que preguntara ¿quién es?, al ver el dibujo, como si no fuese posible la existencia de un ser imaginario, como si todo lo dicho, lo pensado, lo escrito tuviese que tener sus cimientos en el mundo tangible.
La falta de la barrera es lo que permite atravesar territorios vedados a todo ser, nos permite ser otra persona, por qué no varias personas, en un relato, convertirnos en lo que fuere; podríamos, si la imaginación nos acompaña, pensar como piedras, hablar como el aire, hacer de Dios, morir un millón de veces, resucitar al tercer día, viajar en el tiempo, eliminar el espacio y condensar todo sentimiento terrenal en una palabra la cual nos daríamos el lujo de jamás mencionar.

viernes, noviembre 17, 2006

La filosofía de vivir en un siglo que parece contar hacia atrás

Muchos tenemos la mala suerte de saber dónde estamos, desventaja que se nota a la hora de ser feliz. Palabra fuerte como hay pocas es la Felicidad, confundida, en la mayoría de los casos, me atrevería a decir, con simples divertimentos o sensaciones de fugaces bienestares o festivas algarabías de paso. En estos días donde todo parece suceder en microsegundos, la felicidad es eso, y nadie se atreve a desmentir esa vana felicidad, pues sería admitir el reinado de la infelicidad, cosa inconcebible en los tiempos que corren, donde todo es posible, donde el amor se encuentra en internet, la saciedad del hambre en mcdonalds, la música en un i-pod y la intelectualidad en MTV.

He notado que el aumento de la tecnología a niveles que superan lo lógico, ha completado una de las tareas que ha fascinado a científicos y escritores de ciencia ficción desde hace mucho y que había suscitado, hasta el momento, numerosas investigaciones infructuosas; me refiero al viaje en el tiempo. Estamos realizando un increíble viaje a través del tiempo; pronto veremos caminar por las calles a hombres en taparrabos, sosteniendo en sus manos las más rústicas herramientas de piedra y hueso (figura metafórica, puesto que, analizando nuestro desarrollo, dudo que el cerebro humano, entonces, dé como para hacer funcionar una herramienta). El retroceso que experimentamos es importante, y no deja de demostrar que el ser humano no está listo para vivir en el mundo que ha creado.

El sobredesarrollo del cerebro humano, paradójicamente, nos ha convertido en completos idiotas; ya somos una especie de parapléjicos que funciona sólo a través de una serie de clicks y clacks, presionando botones y moviendo palancas, vivimos automatizados al punto de dejar el pensamiento que nos trajo hasta este punto, totalmente inutilizado. Me hace suponer que, en tiempos de estupidez, la nueva elite no la dará la capacidad económica de las clases, sino el intelecto. Aquel que pueda sobrevivir a la nueva estupidez será gobernante de sí, y, probablemente, de los demás. Pero, ¿de qué serviría gobernar una fastidiosa masa de inútiles y vagos? Supongo que la nueva clase gobernante se divertirá humillando a esos seres babosos y atrofiados... como siempre, bah. Hay cosas que nunca cambian.

(Consejo útil para el niño del siglo XXI: Aprendan a leer, no usen tanto la computadora, no vean la tele, no le hagan caso a sus padres, olviden todo lo que les enseñan en el colegio, sepan discernir entre lo útil e inútil, lean, aprendan, imaginen, sueñen despiertos, no se duerman, no se unan a las fuerzas armadas, no reelijan a Menem (Jr. o Sr.) ni a Kirchner, dibujen más allá de los diez años, no se olviden que soñaron. Si siguieron esas, no tan simples, instrucciones, no tendrán grandes dificultades para acercarse a lo que bien podrían llamar Autorrealización sea cual sea vuestra meta personal.)

miércoles, noviembre 15, 2006

Sin nada que decir... eso ya es algo

Ay, ay, ay ay... la verdad es que me conectè a internet para responder un par de mails, y quise aprovechar el tiempo publicando algùn artìculo, pero no tengo nada que decir...
Claro que eso es una rotunda mentira, siempre hay algo que decir, aunque sea una mentira, asì que voy a mentir, por el simple hecho de que tengo ganas de escribir. Aunque deberìa pasar este tiempo perfeccionando mi tècnica, mi prosa, en mi hùmeda habitaciòn, elijo escribir acà, en este ciber, rodeado de extraños a los que tal vez nunca les dirija la palabra; pensàndolo asì es muy triste; tanta gente, conglomerados, todos aplastados unos a otros en la pequeña enormidad de la ciudad, todos juntos y, sin embargo, a una distancia abismal unos de otros. Vivimos alienados, incapaces de conectarnos (aunque esa palabra sea horrible y casi implique tecnologìa, tècnica, màquinas faltas de sentimientos...); me pregunto si esto deberìa ser asì, o si sòlo es una consecuencia de la modernidad, de la irracionalidad de las ciudades. Y si hay respuestas, lo mejor, pensarìa la mayorìa, deberìa ser permanecer en ignorancia de èstas. Y ahì està mi mentira, porque no creo que la gente tenga tan poca necesidad de existir como para preferir vivir en el padecimiento de la ignorancia. O quizàs mi mentira sea que confìo en la inteligencia de la gente.
Supongo que cada uno elige vivir como su personalidad, o la falta de èsta, lo requiera.

lunes, noviembre 13, 2006

Los héroes del silencio

Charles Mingus. Minguito. Carlitos. Me pregunto cuántos habrán escuchado el nombre de Charles Mingus, y es más, su música siquiera. De antemano voy diciendo que es una lástima que a muchos grandes de la música, o del arte en general, no se los tenga verdaderamente en cuenta, con una aceptación popular que deberían gozar, por el simple hecho, aunque sea, de tirar abajo la teoría de que la gente es estúpida.(Para los que no lo saben Charles Mingus es —era— un contrabajista de jazz; él admiraba a Duke Ellington —a ese sí lo conocen?— e, incluso, llegó a tocar en su banda. Mingus a diferencia de Ellington —aunque Duke también un poco— era de la rama más experimental, y poseía una personalidad más "rocker", causa de los problemas raciales que tuvo a lo largo de su vida —incluso uno de sus profesores, aun teniendo Mingus un intelecto casi, o saquen casi, de genio, le dijo que jamás llegaría a hacer nada. Escuchen cualquiera de sus discos. Oigan la manera de tocar el contrabajo que tiene y díganme en serio si les parece que no llegó a hacer nada, y ni siquiera hablamos de su forma de componer...
Abelardo Castillo. Abelardito. Abe. Uno de los más grandes escritores que ha dado la Argentina; a mi parecer, totalmente comparable con nombres de la talla de Hermann Hesse. Un tipo que, al parecer, no es muy aficionado a la fama, pero que, si quisiera, podría obtenerla. Abelardo fue —es— muy importante para la cultura argentina; ya desde los años sesenta con sus publicaciones "el grillo de papel", "el escarabajo de oro" y demás; con sus cuentos; sus obras de teatro, que le valdrían la prohibición en el régimen militar de los setenta. Luego sus novelas. Ay, caramba. Personalmente me fascina la manera de escribir del señor Abelardo Castillo; leo y releo lo que tengo de él cada vez que puedo. "Crónica de un iniciado" y "El que tiene sed" conforman una historia impresionante, quizás no tanto desde el punto de vista de la acción, ya que la "acción", más que nada, transcurre dentro de la cabeza del héroe, Esteban Espósito, quien, imagino, guarda importantes similitudes con el autor, teniendo en cuenta que Abelardo Castillo, así como Esteban Espósito, fue un dipsómano; un bebedor crónico. Pero eso qué tiene que ver con la forma de escribir de Castillo y con el hecho de que nos guste o no. Supongo que nada, al menos que seas alguien que se asuste con los pensamientos "de profundidad" y con los cuestionamientos religiosos y filosóficos. De todas formas, como todo gran escritor, Abelardo Castillo ofrece en su escritura diferentes niveles de comprensión, y en cada uno está la interpretación de lo que lee. ¿Una historia de borrachos o un relato fáustico que desentierra de la frivolidad el alma humana?

Chat II

Un típico ejemplo de una "conversación" en un salón de Chat.

°°La_loca_de_nuñeZ°° enters the chatroom.
C-mental enters the chatroom.
°°La_loca_de_nuñeZ°°> holaaaa!!!
C-mental> hola loca ke ac?
°°La_loca_de_nuñeZ°°> nda vs?
C-mental> t bscba
°°La_loca_de_nuñeZ°°> a mi? p/ q?
C-mental> oi ai fiesta
°°La_loca_de_nuñeZ°°> dnde?
C-mental> el colo cumple anios
°°La_loca_de_nuñeZ°°> vas?
C-mental> si ai alkol...
°°La_loca_de_nuñeZ°°> borrachio!
C-mental> wino 4ever ;)
°°La_loca_de_nuñeZ°°> ?
C-mental> t prprs
°°La_loca_de_nuñeZ°°> ok, a q h?
C-mental> a las 21 paso p t jaus
°°La_loca_de_nuñeZ°°> dale t spero
C-mental> chau linda
°°La_loca_de_nuñeZ°°> la verdadera i unica loca linda...
C-mental> chauuuuu
C-mental> me voi
C-mental> ke me tngo ke vaniar
°°La_loca_de_nuñeZ°°> tdo tiene su 1° ves
C-mental> bue, en serio. chau
C-mental> me voi
C-mental left the chatroom.
°°La_loca_de_nuñeZ°°> ac lo q qiers
°°La_loca_de_nuñeZ°°> chau
°°La_loca_de_nuñeZ°° left the chatroom.

jueves, noviembre 09, 2006

Poesía II

Acabo de enterarme que uno de mis poemas acaba de ser preseleccionado para integrar la colecciòn de Editorial Dunken llamada Las horas secretas. Lo gracioso del asunto es que ese preciso poema lo escribì mientras estaba conectado a internet, en unos dos minutos. Ja.

Poesía I

Poesía... Ah! Alguien muy sabio alguna vez dijo que "bello es todo lo inefable que nos causa emoción". Ese alguien seguramente estaba enamorado de la vida, de la poesía que ésta brinda. O quizás sólo era un amargado e insensible (aunque es imposible ser amargado e insensible al mismo tiempo) que no entendía nada de nada acerca del sentimiento humano. De todas formas, me gustaría creer que es de la primer manera, por el simple hecho de que quien escribió la susodicha frase fui yo.
¿Me siento poeta o loco ingenuo, o ambas cosas al mismo tiempo? ¿Quién podría responder pregunta tan estúpida sino yo mismo? Para evitar soltar estupideses mayores de mis inquietos dedos, transcribo uno de mis "poemas" (si les gusta pueden quitar las comillas a "poemas").

HE AQUÍ
por. Facundo Ezequiel (Ese soy yo)

he aquí mis manos
mis pies y mi frente
mis órganos
rebosantes de sangre
durmientes armas
de destrucción pasiva

he aquí mi alma
mis sufrimientos
mis amores y dolores
mis lágrimas
muestrario físico
de cuanto no digo

he aquí mi mente
mi contumacia
mis ideas y mi pluma
mis alas
vehículos que van
a donde yo más quiera

miércoles, noviembre 01, 2006

LOS ESCRIBIDORES I

Escribir por resignación. Escribir por escribir. Escribir por el simple hecho de alejarse de uno mismo. Se podría decir que escribir (como lo hago yo) es un acto de patetismo importante; no es que eso me moleste; no, ya he aprendido a vivir con eso. Los escribidores (diferénciese de los escritores) somos una especie rara, resultante, a veces, en poetas crónicos. Somos de una calaña confundible con los vagos, debido a cierta incapacidad cuasi patológica de cumplir otra función que no sea la de vivir la vida, y anotarla, ya sea de manera literal o a través del filtro de la mente y alma, impregnando las vivencias de un aura fantástica y de segundas interpretaciones y significaciones.
Los escribidores nos diferenciamos de los escritores en lo que a la motivación se refiere; a nosotros nos mueven los sentimientos, a ellos: la pasta. Y por pasta me refiero al dinero, la mosca, la guita, el papel, etc. El reconocimiento... Que es también lo que lleva al escribidor, necesitado de amor, a publicar sus escritos. Por supuesto que muchos escribidores devienen en escritores, al ver que lo que escriben es reconocido por mucha gente como buena lectura, entonces es que se engrupen (v.lunf. engrupir= enorgullecerse) y ruedan colina abajo. ¿Colina abajo? ¿Y cuándo estuvieron arriba? Es cierto: el escribidor está demasido abajo en la escala social como para caer más bajo, pero hay ciertos principios morales que afirman que los engreídos, los políticos y los miembros de la farándula están aun más bajo en la pirámide de bajeza.

Los Silenciosos I

Hay muchos tipos de personas de las cuales es recomendable desconfiar; pero yo nombraré a uno solo en especial: el Silencioso.
Los Silenciosos tienen la habilidad de no dejar traslucir sus pensamientos, ni en palabras ni en en acciones y derivan, por lo general, en un subtipo de éstos que es el Incógnito o Camuflado, llamado así debido a su capacidad de pasar totalmente desapersibido en la mayoría de las situaciones normales o de cotidaneidad media. Pero los Silenciosos, y el respectivo subtipo de los Incógnitos o Camuflados, en situaciones excepcionales se convierten a su vez en seres Notables o de Patética Relevancia. Quizá más adelante dedique algún breve tratado a esos dos grupos.
Los Silenciosos son así por distintas causas (autismo, trauma, vagancia, etc.), siendo la más común, tal vez, el Silencioso creado por timidez. El Silencioso que lo es por tímido no es, habitualmente, un Silencioso de por vida, y por lo general, esconden dentro de sí una segunda personalidad inversa a la externa, y, en estados de conciencia alterados, ya sea provocado por el alcohol o por cualquier estupefaciente, suelen exteriorizarla; convirtiéndose en cualquiera de los otros grupos que encierran los Notables o los de Patética Relevancia (ej.: Escribidor, Escritor, Cantautor, Político, Policía, etc.).

Chat I

No chateo mucho, por el hecho de que corren más mentiras en un salón de chat en un día que en toda una campaña electoral presidencial. Me parece que la libertad que brinda el escribir a solas, sin ser vistos, le da rienda suelta a nuestras fantasías e ilusiones, y terminamos mostrándonos como nos gustaría ser más que como en verdad somos.
NIÑITO.— (Desde abajo tironea los pantalones de Facundo, queriendo preguntar algo) Eh...
FACUNDO.— (Sonriendo al Niñito) Si... ¿qué pasa? ¿Qué es lo que querés?
NIÑITO.— (Con cara triste o de confusión) Pero ¿no estás escribiendo, vos también, ahora?