jueves, septiembre 18, 2008

5 a.m.

por. Facundo Ezequiel

Del reloj que marca las cinco a la cama
hay una mirada de distancia.
¿Una mirada furtiva? ¿Un mirar cansado?
Un vistazo desesperado, intercalado entre pensamientos
de esos que tienen miedo del olvido
y toman forma de una mujer
una y otra vez
hasta que uno no hace más que pensarlos.
Entonces entra la mano al pantalón
y todo pierde la poca razón que guardaba.

Mujeres empíricas

por. Facundo Ezequiel

Mujeres experimentadoras,
tormento de los hombres sanos,
aléjense un instante,
silencien su erotismo
hasta que mi cuerpo me acompañe
adonde me lleva mi mente.
Por favor les pido,
relajen la tensión de mis venas,
préstenme sus cuerpos,
presto, que llega la noche

martes, septiembre 09, 2008

Un despertar

por. Facundo Ezequiel

El día pestañeó y pude ver
que no estaba escondida la noche
y lo que podría haber sido un descubrimiento funesto
no fue más que el clarear a oscuras.
Fue triste ver que no hay blancos ni grises
pero fue consuelo entender que mi desgracia
no era particularmente desgraciada
ni se centraba en el gatillo de mi llanto
—hasta donde yo sabía,
aquella mujer también lloraba—
Todos íbamos de olvido a olvido
como del amanecer se va al crepúsculo,
del oscuro páramo de sensibilidad
a la noche pura de lo insensible
y, en medio, el decaer, la vida.

Expresión

por. Facundo Ezequiel

Todo es procesar, procesar impresiones
y después lo único que queda es expresar
IMPRESIÓN
EXPRESIÓN
Casi como respirar, pero más esencial.
¿Cómo pintar todas esas casas de barrio
que nos miran con tristes ojos al pasar
si no lo hacemos con esos simples pasos?
De cíclico andar estos pasos
retroalimentándose en nuestro interior
hasta copar nuestras almas
y con la piel de gallinas
simplemente desbordamos

Si es sueño

por. Facundo Ezequiel

Los ladridos golpearon las paredes
y lo amargo como campanadas sonó;
el suelo pavimentado de seco amor.
Ella en su sueño sumida,
él mirando la grieta en el techo
y pensando cuántas veces ella se desvistió.
Las estrellas estaban todas muertas,
el pelo pegado a su frente
y en sus manos también el seco amor.
¿Hasta cuándo vas a crecer?
¿Hasta dónde vas a crecer?
Había un plan de cinco años hacía diez;
pero siempre los ojos clavados
y la misma grieta en el techo,
echando raíces.
Siempre pensando, la vida es sueño,
y ella soñando, sin sospecharlo,
a su lado, soñando soñando;
él pensando soñando si es menos terrible
llorar porque es sueño
y en el sueño llorando riendo
porque sintió un lagrimón.

Abstracto

por. Facundo Ezequiel

Dos líneas paralelas
cruzadas por un óvalo
en un mundo plano.
Tan unidos uno al otro
que, de separarse,
el mundo habría de derrumbarse.
Reflexión del encono
en el iris de plata.
Permanece todo descansando
en el vacío brillante
pregonando confusión de los sentidos
y dispersión de la razón.
Universalización.