martes, junio 19, 2007

El fantasma y Penélope

por. Facundo Ezequiel

Bastante irregular es la música de mi corazón
con sus síncopas dolorosas y sus disonancias de amor
y la eventual melodiosa perfección
cada vez que te oigo, mi tenedor de afinación,
mi desnudo bocado de vida y realidad,
mi prisma caleidoscópico de poética libación
cada vez que te oigo, lo digo con sinceridad,
siento que se abren las puertas de mi corazón
y entra en él un cálido suspiro divino
como quien deja abierta la ventana al gato
para que en verano a su gusto camine los tejados
y halle en un alféizar florido el grato amor
de una gata celosa que descansa tendida
oyendo perdida el sonido triste de un cello
que llora la pérdida de algo que jamás encontró.
Así dijo el fantasma mirando a los ojos de su amor
mientras se desvanecía en la niebla invernal
con una mano palpando su pecho y con la otra
intentando tomar la mano de ella para que sienta
que en él, aun siendo absorvido por el frío espectral,
latía el más ardiente calor.
Mas ella se estremeció al sentir el evanecente tacto de muerte
y sin siquiera haber visto u oído al fantasma
algo en su corazón fue razón de conmoción
y pronto encontró que sus ojos vertían dolor
y que de sus temblorosos labios brotaban palabras
que se convertían en húmedas melodías de amor
y un salto en su corazón
y el humo de su hálito
le hicieron saber que un beso de su amante,
espectro tallado del anhelo inconsciente,
se hacía carne en sus labios
se hacía sangre en su corazón

Mirando al Cielo

por. Facundo Ezequiel

Mi pálida estrellita vasca
tu luz tímida me llega
y de alguna extraña manera
me siento culpable


Mi pálida estrellita vasca
tu blonda alegría titila
en la infinita oscuridad
y solo ella me hace llorar

Mi pálida estrellita vasca
cierta vez supiste ser lucero
alumbrando el camino de reyes negros
cuya magia residía en saber mirarte

Mi pálida estrellita vasca
tu voz sideral tirita
en el frío espacio negro:
quisiera verte en el día

Mi pálida estrellita vasca
te miro y desaparecen las distancias
y el tiempo se hace agua de mar
y entonces sé con seguridad
cuánto te quiero

Abstemio

por. Facundo Ezequiel

Por ti al alcohol haríame abstemio
pues bastante ebrio me tienen tus pechos
mas negar la locura de beber de tu seno
sería locura no de loco sino de necio

Irreflexivo, debes saber, es el amor :
diríase infantil, diríase triste, es mi amor :
real, diría yo, auténtico, es mi amor

Ni todos los cantos del vasto mundo
ni todos los volúmenes de sabios libros
ni toda la sensualidad de fragantes flores
valen lo que un trino de tu voz
lo que vale una de tus miradas

Gracias a ti el planeta no se ha detenido
y siguen el curso de tus suspiros los ríos,
desembocan en el mar de mi pecho, es un hecho,
y lloro cada vez que despierto y no te veo

Mal de amor

por. Facundo Ezequiel

Lugar
Lugar hace falta
para mi eterno sufrir
que ni compartiendo los corazones
de todos los terrestres
podría estirar sus miembros
para alcanzar toda su extensión
Música
Música para el alma
para romper de una vez por todas
con el maleficio de este amor
debo matarme mil veces
matarme con ganas y morir
para renacer digno de este amor

Eterno amor

por. Facundo Ezequiel

De risas y rosas hay muchas cosas escritas
pero prefiero olvidarlas y plantar en esta página
(como si el mundo fuese joven)
cien mil quinientas sensaciones
dos millones de fragancias
e infinidad de mujeres
para que crezcan en tus ojos,
hermoso lector,
las raíces de un eterno amor

Celestial

por. Facundo Ezequiel

Si los pájaros le cantaran al sol
así como tu voz me canta al teléfono
el mundo sería una perpetua ilusión:
una profunda tristeza de amor
Si las cosas llevaran el nombre
que porta tu cuerpo con honor
el mundo sería una estrella:
un astro en un mar de ilusión
Si murieran las personas
así como mueren mis penas ante tu visión
ni un segundo cabría la duda
de la existencia de un Paraíso y de un Dios

Merecer

por. Facundo Ezequiel

¡Merecer!
A duras penas me arrastro
por los suelos enfangados
¡Merecer y seguir soñando!
Dagas en mi pecho
que quisiera quitaran
algo más que mi vida
¡Merecer y alegar destino!
¡Ah! ¡Mis penas!
¡Mis sensuales deseos opacados
ante la visión femenina!
¡Merecer y creer lo contrario!

Entremés

por. Facundo Ezequiel

A veces me paro en medio de un shopping
y tiro al suelo, indiferente, monedas de 5 y 10 centavos
como para alimentar a las palomas del capitalismo

Me divierto en los andenes de trenes
buscando entre la multitud a gente
que se asimile a los muertos que admiro
y luego los asusto inclinándome demasiado
sobre la franja amarilla que advierte peligro

Lloro con películas tontas y vacías
y cuando la gente lo nota alego que es mi alergia,
que jamás me ablandaría la sensiblería hollywoodense

Y luego en la madrugada me llama la cama
y aunque solo mi almohada aguante el peso de mis ideas
y no haya jamás nadie que en el invierno me abrace
sé que valdrá la pena en la mañana levantarme
cuando vea que el sol se preocupa por atravezar mi persiana

Fulgor cristiano

por. Facundo Ezequiel

Prendo mi pipa,
lleno mis pulmones de paz
¡Vayan, bienaventurados,
liberen a Barrabás!
Mi día recién empieza
y ya siento que me superan
la languidez del sol
y el canto de las estrellas
Si pudiese construir mi existencia
de momentos así
no habría maldad en el planeta
que no pueda redimir
Hoy me siento Jesús
y en buena parte Judas
pero no me siento traidor
ni vos tampoco sucia
¡Vaya relación!
El cristianismo,
después de todo,
quizás sea la solución
Seamos buenos cristianos
¡Perdonemos a las putas!

Roguemos

por. Facundo Ezequiel

Romper con el abismo del pensar
y actuar
Lograr un fin y olvidar anhelar
Felicidad
Perpetuar el Amor y negar
lo demás
Pronto devendrá en angustia y
desesperar
Pero hoy roguemos que no sea
el mañana
de un ayer feliz
Cada día es mejor que el anterior :
Roguemos

Semillas

por. Facundo Ezequiel

Nuestros corazones están con ustedes
enterrados en los cementerios
sepultados en los océanos
olvidados en los bosques
¡Asesinados! Muertos por devoción
a la vida, a la acción
de dejar latir libre
la emoción
Miles de sordos latidos
bajo la luna
brillando los fríos huesos
respondiendo a la plegaria
del recuerdo
¡Madres! Hay hijos
¡Abuelas! Hay nietos
Hay semillas que trascendieron la muerte
Hay semillas que dieron frutos negros
Y a un lado no muy lejano
estamos nosotros
los millones obsesionados
con la Paz del próximo Futuro

jueves, junio 07, 2007

Erato

por. Facundo Ezequiel

Erato de dulce lira
que sustraes de mí poesía
arrastrándola tras de ti
tal cola de cantante vestido
y de mi carrasposa voz amante
tomas el calor y te bañas
en fémina seducción

Erato, mi ardorosa amante
que absorves mi intelecto
y lo conviertes en vacío
de haber sabido los ascetas
de arcanos tiempos
que lo único necesario
para lograr la virtud del alma
era encontrarte
hallaríamos que antiguos sabios
de níveas barbas
se hubiesen preocupado
más por vivir mil años
que por combatir el pecado

Erato, mi fortuna,
el único valor que tengo
y que dejo en libertad
porque sé que tu belleza
crece siendo libre
y que entiendes que
a veces
para mantener lo que más amas
hay que soltar las amarras
y esperar

lunes, junio 04, 2007

Revolución

Estamos en época de cambio. Pronto vendrá una suerte de revolución cultural, anímica, mental. Es difícil de explicar para mí porque es un sentimiento, una sensación, y sólo puedo ser algo vago al describirla, pero es una sensación fuerte y real. Lo que verdaderamente me emociona es saber que pertenezco a esta revolución, soy parte de ella y, espero, seré un brazo funcional. ¿Cómo lo sé? ¿Cómo puedo estar seguro de algo semejante? Porque yo, a la vez, me lo propongo y sé que esta revolución se va a llevar a cabo y va a ser un sentimiento popular muy pronto. Quizás antes de que se lleguen a preparar. Les va a pegar justo en la cara.

martes, mayo 29, 2007

Who am I

El amor es tanto más fácil cuando se tienen billetes para despilfarrar. Me gustaría saber si me amaría una mujer sabiendo que lo único que tengo para ofrecer es mi amor... perdón: mi Amor. Con mayúscula. Supongo, de todas formas, que el Amor, amor o como se quiera, nunca es suficiente, ¿no? Bueno, no soy ningún desamorado, todo lo contrario, quizás por eso tengo esa sensación, como que ningún amor es suficiente para mí. Yo ofrezco todo, doy todo si siento Amor. Pero eso supongo que no le importa a nadie más que al enamorado correspondido. ¿Y yo qué soy?

sábado, mayo 26, 2007

Las maravillas del alcohol

por. Facundo Ezequiel



Ah! Las maravillas del alcohol!

aliviana el alma

apura la sangre

sabio Βακχος

dios del imposible

Ariadna hizo bien

en amarte

sabe Zeus

también sé yo

si sabré yo

sabio Βακχος

de las generosas manos que ofrecen

Ah! Las maravillas del alcohol!

lunes, mayo 21, 2007

Poesía de un improvisado no tan improvisado

por. Facundo Ezequiel

Las faltas de mi alma que jamás serán castigadas
me aterran y mueven mis pisos como sismos
y sin embargo nada cambia de lugar
los vasos y las copas siguen sin quebrarse
y me embriagan las piernas que mis miradas siguen
: es que mi corazón es un corazón preso
que anhela la libertad del amor
y el amor es el mismo terror
que como claustro me agobia
me aterra la posibilidad
de no y de sí
de ser amado :
Cuál es la falta, entonces?
mi falta
brilla
brilla por su ausencia
mi falta es el amor
mi dolor es mi canción
y si pudiera subir la cremallera de mi corazón
probablemente
(conocerán ustedes mi suerte)
me agarre una arteria o dos

Será mi destino
morir por el abandono
dejado
incluso
por mi sangre

miércoles, mayo 16, 2007

Recitar

Cómo quisiera tener una memoria prodigiosa, poder recitar a cada momento una poesía que sepa represente los sentimientos del momento. Amaría poder citar en perfecto francés los versos de mi querido Baudelaire y los dispersos versos de Ginsberg, Darío y Whitman, que me hacen querer la vida, apreciarla, aun más. Me gustaría que las palabras me salieran como suspiros, que los recuerdos y los sentimientos emergieran como borbotones de vida. Pero no sé ni lo que digo, y a veces me aterrorizo al escucharme hablar, al hablar sin pensar, porque... ¿por qué? No sé, pero no me canso de repetir que soy patético, pero de nuevo, yo me creo el redentor del patetismo. Ahora mismo hay dos personas a las que les daría un buen par de trompadas; no tiene nada que ver, pero supongo que es la excitación del momento...

viernes, mayo 11, 2007

Tándem azul (sueño)

Entré a un bar. Había sólo una mesa. En ella reconocí a al menos dos personas. David y Juan Manuel, mi amigo y un compañero de la primaria que jamás volví a ver. Había cerca de tres personas más sentadas a la mesa, pero no podía ver claramente sus caras. Supuse que los reconocería. Me senté a la mesa. Jugaban una especie de ruleta rusa con un par de drogas inyectables; una era de un contenido verde limo, me recordaba a los limpiadores de piso; el otro era de un azul translúcido. Sentí miedo. Al parecer los demás olfatearon mi terror porque Juan Manuel, quién sostenía la jeringa de contenido azul se levantó de golpe, dándome una mirada que entendí enseguida. Me levanté como un resorte, tropezando hacia atrás.
—Es Tándem azul —dijo Juan Manuel. Yo di otro paso atrás.
—Está bien —me dijo David que se me abalanzó y me sostuvo fuertemente—. No es nada, vas a ver.
Yo me quejaba, me retorcía temeroso mientras veía cómo la aguja se acercaba a mi mejilla izquierda. Sentí el pinchazo y cómo el cuerpo se me iba flotando a través de la mejilla dormida.
—Está bien —repitió David—. No es nada. Sos de arena, vas a ver.
Mi cuerpo se disolvió, escurriéndose entre los brazos de mi amigo David. Era arena.

lunes, mayo 07, 2007

Los locos también sufren (sobre todo dolores de cabeza)

Sin lugar a dudas no tengo idea de nada. Una hermosa muchacha me dijo «todo es nada; nada es todo­». «Sí», respondí yo, que ya lo sabía, sin poder decir nada mejor. «¿Estuviste alguna vez enamorado?». Vacilé antes de contestar; «no», dije. Me pregunto si le gustaría saber que le estaba mintiendo. «Te voy a dar una información muy útil sobre las mujeres: cuando se callan, las manos, los ojos, dicen mucho». Pero ella... no creo haber escuchado lo que quería escuchar de sus ojos, caray, de sus manos. «¡Te dejé pensando!, ¿eh?». ¡Ay ay ay; y cuánto! Me reí. «Te besaría las manos, pero tengo que ir al baño», dije y me levanté; no quería ver la consecuencia de mis palabras; soy muy cagón y me avergüenzo de mí cuando empiezo a hablar de esa manera, cuando empiezo a ser verdaderamente sincero; me da miedo que no me entiendan, o que me malinterpreten; verdaderamente tenía ganas de besarle las manos; casi lo hago, pero no creo equivocarme al pensar que eso hubiese sido fatal. Pero me siento fatal. Me duele la cabeza.

miércoles, mayo 02, 2007

La desesperación del anti-yo

La persona a quien más amo odiar no es Bush ni el Papa ni mi madre sino yo mismo. Es atractiva la complejidad de odiarse uno mismo. Se me viene a la mente Kierkegaard, se me viene a la mente Yeats; la desesperación por querer ser alguien más que yo; la búsqueda del anti-yo. Aunque muchas veces me parece que eso efectivamente es así, otras tantas, creo que si fuese alguien más que yo sería una persona mucho mucho mucho más infeliz, si es que acaso existen grados de infelicidad. Recuerdo una noche, hace varios años, andar caminando junto a un amigo, discutiendo sobre qué elegiríamos ser si tuviésemos la oportunidad de elegir de nuevo, conscientes de cómo sería la vida en cada uno de sus pasos hasta la muerte; y pese a que ninguno de los dos estaba muerto a la manera clásica, ambos dijimos que volveríamos a elegir la misma vida; la elección de la rebeldía ante lo establecido, ante lo agobiante y antinatural. Me pregunto cuánta verdad estaba yo diciendo. Sí, seguro volvería a elegir la misma vida; no me gustaría ser alguien más, pero me pregunto realmente hasta qué punto soy un ser combativo, hasta qué punto soy un rebelde. Ahí entra en juego el anti-yo. ¿Soy por naturaleza un ser que disfruta el estar inmóvil en su casa, leyendo, escribiendo, pensando, o soy un ser que disfruta de la acción, de llevar a cabo los pensamientos o de siquiera pensar mis actos, un ser que disfruta del instinto salvaje? Bueno, creo ser ambas personas. Es complicado conciliar ambos seres; el pacifista y el combativo, pero no soy el único; a mi parecer esto es así en todos los seres. El mismísimo John Lennon en la famosísima canción Revolution escribe: But when you talk about destruction, don’t you know that you can count me out (in)? Él mismo explicó en una entrevista de que no podía estar seguro, que era un ser humano. Y sí, el ser humano es un ser dual o, mejor, de infinita multiplicidad; muchos estarían de acuerdo conmigo; Hermann Hesse sería uno de ellos, ¿o no escribió El lobo estepario?; Borges sería otro, él hablaba de ser todos los antepasados y los próximos sucesores en un solo ser o infinito ser. Por lo que se le podría justificar un poco el discurso a los psicólogos que dicen que cuando uno odia a alguien lo que en verdad está haciendo es odiar lo que de él mismo ve reflejado en el otro. Por eso es que amo odiarme. Por eso es que a veces soy hermoso. Por eso es que a veces soy horrible.