lunes, abril 09, 2007

Sobre las Pseudociencias (Carta no publicada)

Cierta vez, en la revista Ñ, se generó un debate en torno a las opiniones de Mario Bunge que trataba a la psicología como una pseudociencia y no como una verdadera ciencia. Todos los "intelectualitos" escribían tonterías ofuscados con respecto a la humilde opinión del señor Bunge. Mi respuesta a ese comportamiento fue una sincera carta que, a causa de su carácter de sinceridad (y extensión), obviamente, jamás fue publicada.

SOBRE LAS PSEUDOCIENCIAS
(Breve refutación de las ciencias)
por.
Facundo Ezequiel

Gente de Eñe (lo pongo así porque se me dificulta decir Ñ, estando esta letra inconexa a una vocal):
He sentido una grata sorpresa al ver que se disputaba, casi infantilmente, en vuestro correo de lectores, el punto de vista del señor Bunge ante lo que, un poco graciosamente, denominó pseudociencias. Está claro que un punto de vista (cualquiera), llevado con vehemencia hasta las últimas instancias del razonamiento lógico, es irrefutable (tengo la seguridad de que todo contiene tanta verdad como tanta mentira, dependiendo de quien lo mira). Es irrefutable por lo mismo que es irrefutable nuestro carácter innato, es decir, nuestra personalidad, nuestra peculiar forma de ver el mundo, la "vida".
Conocemos los hechos, los fenómenos, lo que la ciencia hace es un proceso deshilvanante, regresivo, sobre estos fenómenos, intentando averiguar las causas generadoras de los mismos; un verdadero acto detectivesco, muchas veces fundado sobre falsas pistas, sobre débiles cimientos, incapaces de sostener los hechos que deberían sostener, es decir, fundado sobre -quizás les parezca arbitrario- meras suposiciones. La psicología me parece que fue el principal blanco de los "pseudoataques" de Mario (creo, a esta altura, estamos en confianza) porque es la pseudociencia más sencilla de tirar abajo, por el simple hecho de estar basada, un poco bastante, en la soberbia de un hombre que cree "descifrar" a otro hombre -o incluso a él mismo- por su historia personal, sus recuerdos, etc. Esta soberbia es convertida en ciencia, quién sabe, tal vez por la incapacidad de ver más allá de lo acontecido, que muchas veces no es lo ocurrido en nuestro "mundo personal", en lo cognitivo; nunca será exacta, como nunca lo será nada de lo que requiera una interpretación afrontada desde la inteligencia, que nunca es igual en todos y, lo que es peor, si nos limitamos a una inteligencia (sea, metódicamente hablando, la de Freud, Lacan, Jung o quien sea) estamos eliminando la nuestra, siguiendo la arbitrariedad del pensamiento ajeno. No quiero dañar susceptibilidades, ni adhiero a la opinión de nadie, pero me parece que la psicología no es lo que se pretende, no es el desentrañamiento del alma, al menos no es un método infalible, y me parece que nunca lo será; el ser humano está lejos de aceptar que hay un poco de ridículo en el deseo de obtener ciertas respuestas, bah, en el hecho de ciertas preguntas... No tiene sentido decir que la tierra gira alrededor del sol cuando la tierra gira alrededor del sol. Las cosas son como son.

Me disculpo sinceramente por mi peculiar forma de pensar.
Atentamente, su lector:
Facundo Ezequiel
(tel. 4651-****)

P.D.: Lo que me parecía merecer aclaración era el hecho de que TODA ciencia es (TODO razonamiento lógico, metódico, deviene en) una pseudociencia, si es que decimos que ciencia es un "modo de conocimiento metódico que aspira a formular, de manera rigurosa, las leyes por medio de las cuales se rigen los fenómenos" (según el diccionario). Me parece que la aparente certeza con la que los métodos científicos se han manejado es un tanto relativa, ¿o acaso no se adaptan las ciencias, no evolucionan, según nuevos conocimientos, invalidando a veces conceptos anteriores considerados reales, innegables, por esas mismas ciencias? Después de todo siempre hallaremos un nuevo acercamiento ante cualquier cosa, por más mínima, intranscendental e insignificante que sea, eso, si la miramos un buen rato.
P.D.2: De ser esta carta publicada siéntanse libres de cortar donde quieran (imagino querrán cortar todo en pequeños pedazos y dárselo a los perros, pero... ah... las maravillas del e-mail), pues el pensamiento expuesto es, por su naturaleza, auto-refutado, por lo que la existencia de sus (anti?) ideas siendo de una regular inutilidad, serán, consecuentemente, dispensables. (No llego al extremo de decir impublicables ya que he visto en su revista numerosos artículos, cartas y columnas con una sospechosa cualidad "ilegible" —o de inmerecida lectura).

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