lunes, marzo 03, 2008

Del sinsentido

por. Facundo Ezequiel

Grandes úteros del conocimiento
déjenme fecundarlos.
Hermosas meretrices de la sabiduría
permítanme merecerlas.
Mis viajes son cortos y mis poemas
lo son mucho más,
si por gracia divina o por chiste universal
quisieran alargarme la vida,
no extiendan mucho mi placer
y enmienden mi virtud con humanidad,
déjenme vivir como los demás.
El resto no siempre es disminución,
el resto a veces es la suma o evolución;
no es fácil respetar lo que no vemos,
por eso respeto los sentidos
y mi lengua camina muchos caminos
y mi oído navega muchos ríos,
y aunque me aburro seguido
por repetir los sinsentidos
que me hacen divino,
entiendo que es mi trabajo
no sonreir cuando tropieza el enemigo,
y si me siento especialmente malvado,
ayudarlo a levantarse,
sacudir la tierra de su traje
y besarlo en las mejillas
esperando que me golpee.

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