jueves, noviembre 01, 2007

Eco de un aullido

por. Facundo Ezequiel

Si oyeran aquel viejo aullido
tan claro como lo oigo yo
quizá sería innecesario volcar estos lamentos
sobre los brazos dormidos de mi generación
Cuando el sueño que profesan
se convierte en acción
el audible bostezo que llamamos canción
cubre el llanto indecente
del famélico remolón
que recuesta su inacción
bajo los pasos distraídos
de mi generación
Y si el canto de nuestra presbicia
se asemejara un tanto
a lo que hay tras la codicia
no habría forma de ocultar
bajo la alfombra
lo que en vano nos repulsa
Y conozco muy bien
lo que tantos ojos ocultan
pues los míos temerosos
guardaron lo mismo también
pero hoy
desnudo
enamorado del mundo
me arranco el miedo
y sangro el sueño
y no canto más canción
sólo me permito un suspiro
y el latir de mi corazón
que acompaña el eco partido
de aquel lejano aullido
que hoy lo hago mío
y de mi generación.

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