viernes, enero 09, 2009

El callejón de los bellos hombres desnudos

por. Facundo Ezequiel

En el norte de la ciudad hay un callejón que nadie conoce donde se reúnen hombres con una belleza tal que no quisieras que tu mujer se entere jamás que son posibles semejantes atributos de ensueño. Una noche fui invitado a ese oscuro escondrijo por quién sabe qué prodigio de la maravillosa providencia, quizás haya sido un giro equivocado o el aroma a sueño que me guió hasta aquel extraño lugar. Un hombre idéntico a la imagen que tenía de Aquiles fabricada en mi mente esperaba bajo un farol, ante la suprema oscuridad del callejón desde donde podía escucharse el sonido de risas apagadas por lo que olía a una multitud de personas, olor que me recordó a los viajes matutinos al trabajo, así que dudé cuando el hombre me dijo: “Desnúdese.” Lo miré un segundo en silencio. Las risas se elevaban ahora, haciendo eco contra las paredes de ladrillo, húmedas por el rocío de la madrugada. El hombre extendió sus brazos, como esperando que le entregara algo. “No se preocupe,” dijo, “en cuanto entre no querrá volver a usar esta ropa de nuevo.”
Lo cierto es que cualquier hombre que se precie, vería esta situación un tanto rara, pero yo llevaba tiempo descarriado; había intentado el suicidio, pero era demasiado cobarde o inútil como para llevarlo a cabo satisfactoriamente. Cada ocasión que pudiera agregarle un poco de emoción a mi monótona vida suicida era bienvenida. Me quité la ropa y se la puse directamente sobre sus enormes brazos de percha. Apenas recibió las prendas, las arrojó a un lado como si fuesen basura. Estuve a punto de insultarlo, pero la situación, así como se presentaba, no acreditaba una reacción tan desencajada. “Ya va a ver, usted sería un perfecto miembro de nuestro club, no se arrepentirá.”
Caminamos alrededor de medio minuto por aquel largo, oscuro pasillo hasta que una tenue luz como de vela iluminó suavemente el final del callejón. Un grupo de hombres completamente desnudos parecía estar de fiesta, pero no era nada de lo que me hubiese imaginado. Todos reían y se veían completamente satisfechos con lo que hacían. Mi sorpresa fue enorme al ver lo que hacían. A decir verdad nadie interactuaba con nadie más que con sí mismo. Cada uno de ellos era verdaderamente hermoso, eran cuerpos prodigiosos de belleza semejante a los dioses, si es que ellos no lo eran. Todos de una edad indefinida, como si sus cuerpos no tuviesen edad, sólo belleza. Un hombre alto y moreno estaba recostado contra una de las paredes laterales y se acariciaba los músculos de sus brazos, los amplios pectorales, el estómago, los muslos, el pelo como si estuviera amándose. Otro hombre de pelo color zanahoria, en el medio, se encontraba masturbándose mientras reía a carcajadas y gemía en un grito extrañamente mezclado. Estas imágenes se repetían en el extenso grupo donde se confundían unos cuerpos con otros, pero todos estaban concentrados en amarse sólo a sí mismos.
De pronto la sensatez me atacó como un rayo y me asusté. “¿Qué hago acá?,” me dije. Me di la vuelta y salí a toda velocidad, tropezando en la tiniebla absoluta que me guió hasta el farol de la entrada. Detrás continuaba escuchando las carcajadas y gemidos y la voz de mi guía que me gritaba desde la profundidad del callejón. “¡Volvé! ¡Te perdés algo increíble! ¡Te lo perdés!” Encontré mis pantalones y calzoncillos junto a unas páginas viejas del Crónica y cáscaras de naranja secas. No pude encontrar la camisa ni los zapatos, pero no busqué demasiado y salí aterrado al escuchar nuevamente el eco del masivo placer egoísta que se oía desde el perverso callejón.
Algún tiempo después volví a pasar delante del callejón, una tarde. Vi mis zapatos apoyados contra la pared y un montón de ropa amontonada a un lado. Esperando allí estaba el guía, al verme pasar me guiñó el ojo y yo apuré el paso, abandonando para siempre la esperanza de recuperar ese buen par de zapatos. Quién sabe si me tentaría finalmente a quedarme en el callejón, de haber recogido mis zapatos.

5 comentarios:

Kermax Bathz dijo...

(ruido de olfato de perro)x3... Hay olor a puto o me parece.

PD: nolopai

Anónimo dijo...

Buenas,hombre =).
Le escribía para preguntarle si me podría recomendar algunas traducciones (buenas ediciones de obras traducidas,quiero decir).Los autores que busco son: Kafka,Rimbaud,Proust,Leon Bloy,Spinozza y Kierkegaard.
Le agradecería mucho cualquier tipo de ayuda.

Su cuento me parece que está muy bien escrito,aunque...admito que no me gustó.Es por el tema;en fin,que conste que le soy sincero.

Le dejo mis saludos.

Kermax Bathz dijo...

a ver si actualiza marmopta sucia.


PD:bantleac

Kermax Bathz dijo...

No se olviden de phili

PD:pregn

Anónimo dijo...

Toda la impresión de haber entrado en la cueva de un pelotudo...