viernes, enero 02, 2009

Año nuevo (decile chau al viejo)

Los autos se funden en la perspectiva de tímidas luces y vuelven híbridos de sombra y día por la misma calle. Yo, que apenas me enteré hoy que empezó un año nuevo, no soy muy optimista al formular mis deseos. Vi los vidrios rotos y las dosis manejando. Vi los travestis yendo, volviendo, y las barras tambalearse. Vi una chica hermosa frente a la villa esperando en un kiosco. Vi el camión de los bomberos corriendo como loco mientras aullaba en tajante línea recta quebrando los estallidos de las bombas de estruendo. Me vi mirando mi fantasma del otro lado que me veía mirar y me vi impasible. Éstas fueron las primeras horas de este nuevo año y lo vi tan viejo que casi lo despido al saludarlo.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Constantemente uno despide tantas cosas. Pero dar la bienvenida es cosa difícil, y no sé si se habrá hecho alguna vez con plena sinceridad.

Verse impasible es una de las desgracias cotidianas más terribles que tenemos todos.

Señor Facundo, le doy un abrazo a usted y su año nuevo. Prometo responderle su bello mail en estos días.

Atte.
Lila.