lunes, septiembre 17, 2007

Paseo alrededor de la vieja escuela

Por. Facundo Ezequiel

Caminaba triste, rondando el viejo campo del colegio donde un grupo de chicas amaneciendo a la femineidad corrían al desencadenante pitido del silbato de una gritona profesora de gimnasia. La mayoría de ellas aún serán inocentes, infantiles en su concepción de la vida, y no menos hermosas que las otras, concientes de su sensualidad; pensaba mientras veía las graciosas extremidades de las nínfulas uniformadas de azul corretear de acá para allá, pero cada vez más lejos, pues seguía caminando. El sol era pálido y reconfortante al mismo tiempo, como suele serlo en las tardes de invierno. Un paredón de concreto, sin ser metáfora alguna, separaba las juguetonas ninfas de los crecientes niños que en su perpetua infantilidad masculina pateaban de un lado a otro una pelota de cuero gastada sin más gracia que la que ofrece la brutalidad guerrera del hombre no desarrollado. Y éstos se alejaron también, pues seguía caminando. La iglesia del colegio no guardaba atractivo alguno más que cuatro jovencitas que ante sus puertas aparentaban tener la indiferencia de las palomas ante los monumentos y las estatuas. Un poco más adelante pudo reconocer que la religiosidad no se encontraba encerrada en ningún templo que no fuese de carne y hueso. Reclinada sobre la pared del kiosco de la esquina vio claramente, vestida de rosa, a una descendiente directa de alguna diosa africana. Pero ella también quedaría detrás, mientras él se dedicaba a seguir caminando. Había dulcificado su tristeza mirando melancólicamente a los cuatro vientos y llenándose los ojos vacíos de vida. De su pantalón sacó un pequeño anotador y una birome, y en él anotó, sin detenerse y con letra temblorosa:

La belleza es algo que puedo admirar
por el simple hecho de ser ajeno a ella;
mi vida es todo lo terriblemente hermoso
que no puedo soportar y quedó atrás.

Lo leyó con los ojos humedecidos y luego encajó la birome entre las hojas, cerró el anotador y lo devolvió al bolsillo, pero pronto quedaría detrás su tristeza, pues seguía caminando.

7 comentarios:

Anónimo dijo...
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Anónimo dijo...
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Wendy Aparicio dijo...

Para comentario uno de alexmortis: ¿Y este maje que se cree que puede andar insultando gente?
El hecho que seas una imitación barata, es problema tuyo. EL Escribidor te supera, admitilo.
Sé que duele, pero que querés.
Simplemente, él es mejor que vos.

Para comentario dos de alexmortis:
¡A parte de egocéntrico fracasado sos pendejo!
Bueno, creo que lo de pendejo viene por añadidura debido a la falta de personalidad, creatividad y nada de sentido común. Gracias a Dios, que ya no comentás.
Es una verguenza ver que gente como vos comenta.

Para Facundo: Como otros tantos, esperando que sigás escribiendo muchos más:

BUEN POST. Me gusta tu estilo, siempre te lo he dicho.

:D Cuidate.

Anónimo dijo...

me imagino que la butterfly es una niña fresa de santa ana, que cree que "menos armas, igual, más paz" se dá por añadidura. pobre niña fresa, no en balde estudia en la unasa. tus maquinaciones cerebrales son simplistas, vacías y llenas del ego que te debe haber heredado tu religión y tu supuesta procedencia... y ya no comentaré más, porque no llego a ser tan vulgar como tú, que, además de fresa, malcriada, como una "hija de mami y papi": 1. no me conoces para decir que soy egocéntrico. 2. no sabes quién soy para decir que soy fracasado. 3. no puedes decir que alguien me supera porque no sabes quién soy. 4. me gusta burlarme de la gente tonta como tu. 5. ¿qué sabe el perico de ir a misa como tú de personalidad, niña fresa? tómate un té helado mejor... 6. cualquier niña de la UES te supera en todo, TODO!!!
lo siento por ti, "mariposa traicionera"... y hasta aquí, porque no soy tan vulgar como tu. cuídate. un beso.

Wendy Aparicio dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Facundo Ezequiel dijo...

Wow... Esto me supera. Tanto lío en los comentarios de mi blog y yo ni enterado. Y luego el mismo autor de los "duros" comentarios (realmente me causan gracia) los suprimió más tarde, quizás se arrepintió e intentó redimirse o intentó la vana empresa de borrar el pasado, lo dicho, lo pensado; un acto algo fascista e inocente al mismo tiempo. De todas maneras logré leer los comentarios puesto que automáticamente son enviados a mi dirección de mail. No entiendo el ensañamiento con la amiga mariposita y no me importa ningún tipo de falsa justificación para semejante intolerancia hacia los demás.
Alex: Sí, soy argentino y no me hace ninguna cosquilla tu chiste. No me importa la procedencia de nadie, la mía tampoco; no creo en naciones ni limitaciones geográficas; tal vez sí crea en limitaciones intelectuales y no importa que seas salvadoreño, tu limitación es mental. Acerca de tu pseudo ataque metafísico-"intelectual" te digo:
a)No gastes tu imaginación porque no soy ningún estudiante universitario, de hecho, jamás acabé el secundario.
b)Si el lenguaje me huelga es por simple inquietud estética que quizás sepas disculpar si te ofendió.
c)Acerca de tu deseo de mala suerte... bueno, la suerte la crea uno, pero solo cuando ha llegado a un estado de amplitud mental en la que ésta, conscientemente, nos permite elegir más allá de lo aparente. Esto es puro chamuyo, como decimos los argentinos, pero hablar con grandilocuencia siempre es bueno para un ego chiquitito (sobre todo si vivimos en un diminuto país de centro américa, ¿no?) (nota: estoy siendo sarcástico)
Mariposita: Gracias por gustar de mis escritos (o de mi estilo); no te molestes por la actitud de ciertas personas; lo mejor, a veces, es dejar que ardan en su propio fuero interno.

Anónimo dijo...

Pues la verdad que solo cursilerías escribes. Ve y mata alguien, o muérete tú mismo, o vuélvete un beodo, pero ¡sufre por Dios Santo! para que sepas que es la vida y escribas algo interesante....