miércoles, septiembre 29, 2010

El poeta es el gran soñador

por. Facundo Ezequiel

Es difícil ser poeta
cuando no salís de tu casa en semanas
y estás solo.
Lo único que te llama la atención
es el súbito ataque
de las agujas del reloj
que desaparece,
diluyéndose
en el próximo pensamiento.

Te acostumbrás a la mugre
y solo te repugna
pensar en lidiar
con la raza humana,
las conversaciones de barrio,
las charlas de trabajo,
de familia,
los problemas infinitesimales,
los fantasmas sociales de los eternos adolescentes,
la necesidad de éxito,
el sexo.

Sabés que el alivio viene
después de dormir bien,
pero por alguna razón
cuando llega el momento
tus ojos corcovean en sus cuencas
como toros enfurecidos,
pero no hay nada que ver
en la oscuridad
y te convencés
de que ahí
tampoco hay
sueños.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Justo cuando agarro uno que puede serme indiferente, que puede que no me humedezca los ojos, que hasta puede que no me guste, ¡zápate! están las últimas palabras como una guillotina súbita. Y hay que irse con los ojos húmedos nomás.

Facundo Ezequiel dijo...

me pregunto si hubiese sido mejor irse con los ojos secos, y si hubiese sido mejor, ¿para quién? supongo que toda muestra de emoción es un halago. así que gracias.