jueves, diciembre 10, 2009

Él mira por la ventana

por. Facundo Ezequiel

Y todo es ridículo
en la vida humana.
El vecino, con el trapo grasiento
saliendo del bolsillo trasero,
arreglando el motor.
El chico pedaleando
en su triciclo
tratando de alcanzar
las palomas.
La abuela en alpargatas
baldeando la vereda
desde atrás de
las rejas.
La señora que
en la esquina,
cruzada de brazos,
cambia el peso
de piernas
y se asoma
para ver
si llega
el 64.
Él se pregunta
qué sería de sus vidas
si el motor funcionara,
si la rueda
delantera alcanzara
a la paloma,
si el viento
no trajera
polvo,
si los colectivos
cumplieran
sus horarios.
Qué objetivos
tendrían.
Qué esperas
ocuparían
sus días.
Qué habría
detrás
de esa
ventana.
Mientras tanto
se alegra de que
esa paloma
pueda volar.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Este es muy bueno. Un brindis por el fracaso o una lamentación por la banalidad de las esperas o no sé. En realidad lo que tengo ganas de decir es: "esto es bonito". Sí, es muy, muy lindo.

Te envío un saludo desde el tiempo pasado en el que a menudo comentaba tus poemas.

Lila.