lunes, febrero 11, 2008

América

por. Facundo Ezequiel

Camino despierto pasando todas esas barras de bocas,
hijas de una nación de estrellas;
Despierto y parado, alto, en una esquina, respirando
el asfalto y, como si el humo oscuro fuese dulce suspiro, miro
al hombre trabajador y me alegro porque es feliz
viéndola pasar y ella es feliz, como no podría ser
de otra manera —es hembra y es perfecta.
Es la América del Sur, relegada a ser el punto de
referencia, un punto imaginario para poder ver
hacia Arriba.
Es la América de la vergonzosa salvación
donde clavo mis pies y miro hacia dentro;
jamás me arrepiento de ser yo.

2 comentarios:

Natu dijo...

Realmente me gusto mucho todo lo que lei. Por lo que te agregue.

Es importante no arrepentirse de ser uno, de estar orgulloso de quien y como es. Y a pesar de que las cosas no sean como uno quiere enfrentarlas para cambiar.

Saludos

Anónimo dijo...

Este texto me gustó. Mucho, muchito. Creo que de todo lo tuyo que leí, es lo que más me gustó. Sep. Me gusta lo del punto imaginario; y lo abrupto del final es genial. Lo felicito, don.