por. Facundo Ezequiel
Un punto no dice nada,
pues permanece el verso que lo precede.
Un punto no acaba nada,
pues es contención de un espíritu
más grande que el tiempo
y los espacios.
Todos los puntos no son nada,
y sin embargo se expanden,
y en ellos el todo
que todo lo abarca
se convierte en nada
pues nada es todo
y todo es nada.
En un punto no hay infinito
y sin embargo
todo final
es al mismo tiempo
un comienzo.
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