por. Facundo Ezequiel
La vida se pone difícil
cuando se intenta
complacer a
los demás
pero es peor
si se intenta
complacer
uno
a sí mismo
ella lo sabía
porque se lo expliqué
mientras estábamos
desnudos
en la cama
“nunca nada
sale como lo planeo”
dije
“así que dejé
de planear las cosas”
hicieron falta
algunas cervezas
y un
excepcional
buen humor
para que
yo
dijese tanto
pero
ella
no parecía
de tan buen humor
probablemente
no la hice
acabar
era seguro
que yo había
acabado
un buen par de
veces
buen buen humor
me dio la espalda y
apagó el velador
prendí un cigarrillo
y la tele
el canal de los animales
era el más sensato
:
el leopardo
siguiendo a este
animal cornudo
que parecía tan
indefenso
ante el veloz
carnívoro —
y después
las crueles
escenas
del leopardo
estirando los
pedazos de carne
y músculo
como chicles
despegándose
de los
huesos
toda la hermosa
trompa sucia
de sangre
yo también
me había
ensuciado
la barba
más de una vez
actuando
como
un animal
toda esa
desesperación
gritos
sangre
dolor :
cuando lo
pensabas parecía
artificial
a mí también
deberían filmarme
para enseñarle
a los niños de la jungla
cómo es la vida
salvaje
en la ciudad
corriendo mujeres
comiendo conchas
rompiendo culos
cuando el leopardo
dejó de comer
su presa ya no era
sino un montón
de colgajos de piel
y huesos
irreconocibles
pensé en
la mujer
a mi lado y
ya no estaba
de tan buen
humor
apenas se había
consumido
la mitad de mi
cigarrillo
no me sentía
muy depredador
¿quién era
la presa?
¿yo? ¿ella?
encogido y
hacia la izquierda
casi
se había
consumido
mi alma
por completo
lo triste es
que
apenas pude
darme
cuenta
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