por. Facundo Ezequiel
Ahí estaba yo,
dibujando esas rosas muertas,
pensando en todos los
Sí y los No.
Por alguna razón
los Sí no tenían un
sabor tan pronunciado y
tendía a olvidarlos.
Pero los No
se clavaban como
pernos brillantes
en mi cabeza cansada.
Solo las mujeres
tenían la capacidad
de Afirmar y
Negar
para mí.
Trazaba un pétalo
ennegrecido
y todos esos
Sí y No femeninos
comenzaron a desfilar
como espinas
en el lápiz.
Hombres me dijeron
no y si, pero
en sus labios
fueron escritos en
minúsculas y sin
acento alguno.
Solo una mujer
puede Negar.
Solo una mujer
puede Afirmar.
Todas esas
rosas muertas
y lo único que
buscaba era
el Sí femenino
que me hiciera
olvidar
todos los tristes
No
que condimentaban
la indigestión y
me arrastraban
atado al parachoques
de la carroza
funeraria.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario